A veces, solo a veces, llega el día en que nuestros dispositivos son depurados de información; las fotografías que tomamos movidas, videos de conciertos, un audio que se nos va por accidente y gran cantidad de memes procedentes de redes sociales.

Entre los últimos, llegó a mi vista el de un personaje que ha marcado la educación latinoamericana, ¿a que no adivinas?

No es precisamente el profesor cubano Aurelio Baldor, si no más bien el ilustre musulmán inmortalizado en la portada de su libro «Álgebra de Baldor»(1941): Abu Abdallah Muḥammad ibn Mūsā al-Jwārizmī. Al-Jwārizmī fue un matemático, astrónomo, geógrafo y compilador persa que llevó el álgebra a Europa a través de su obra Compendio de cálculo por compleción y comparación.

El legado de Al-Jwārizmī

Álgebra procede de al-ŷabr – reintegración -, que hacemos cuando balanceamos las cantidades negativas de una ecuación, sumando la misma cantidad a cada lado de la igualdad, siendo uno de los métodos que él planteaba para la resolución de problemas de la vida diaria.

Compendio de cálculo por reintegración y comparacion

Primera página de «Compendio de cálculo por reintegración y comparación»

Y hablando de problemas, sus explicaciones para abordar desafíos matemáticos y desglosarlos en partes sencillas de resolver tienen hoy nombre en su honor: Algoritmo. Otro término poco común pero que también deriva de su nombre es guarismo, adjetivo que es utilizado para describir las cosas que están relacionadas, que son relativas y que pertenecen a los números.

La base del valor humano

Volviendo al tema de la imagen en las redes, hay una cita guarisma que se le adjudica popularmente (*) y va más o menos así:

Le preguntaron al gran matemático Al-Khawarizmi sobre el valor del ser humano, y éste respondió:

Si tiene ética, entonces su valor es 1.

Si además es inteligente, agréguele un cero y su valor será 10.

Si también es rico, súmele otro 0 y será 100.

Si por sobre todo eso es, además, una bella persona, agréguele otro 0 y su valor será 1000.

Pero, si pierde el 1, que corresponde a la ética, perderá todo su valor, pues solamente le quedarán los ceros”.

La sencillez y profundidad del mensaje que transmite acerca de los verdaderos valores del ser humano es simplemente asombroso. Una reflexión tan elegante que bien podría ir en el prólogo de la (¿futura?) magna obra Axiomas sobre ética.

Dejando de lado la autoría de la reflexión, todo parece indicar que la ética y las matemáticas siguen vigentes y son impartidas en escuelas de todo el mundo desde la antigüedad.

La cuestión es, ¿por qué hacen falta hoy en día? Conocimientos tan básicos e importantes como decir la verdad y calcular la tensión de una viga nos han permitido edificar enormes rascacielos y sociedades estables.

Antes de irnos

La próxima vez que difundamos una idea, emprendamos un negocio próspero o convirtámonos en la envidia de Afrodita, preguntémonos, ¿cuál es mi verdadero valor? ¿estoy construyendo mi templo con bloques quebradizos o utilizando principios sólidos? Para alcanzar nuestra máxima valía, no hay base mayor que la de la entereza humana.

sun glaring through the hole of finger

(*)De verdad indagué en los buscadores más populares de Internet, pero no logré verificar la fuente, aunque tampoco es que pretendiera encontrar registro de una conversación ocurrida hace más de un milenio 🙂