Seguramente muchas veces nos hemos encontrado en situaciones que nos hacen dudar de nuestra permanencia en una organización como empleados, y no por causas internas a nosotros: salidas fuera de tiempo, planificación deficiente de proyectos, clima laboral inapropiado, entre otros.
Sin embargo, estas condiciones no suelen ocurrir súbitamente; salen gradualmente a flote desde las primeras semanas en nuestro nuevo puesto. Por ello, existen señales un tanto sutiles que nos ayudarán a descubrir si debemos cambiar de empleo. Pero empecemos por el principio.
Bienvenido a bordo
Cuando un navío recluta un nuevo marino para su tripulación, no conoce mucho de él ni él de la tripulación. La embarcación podría pertenecer a un grupo de piratas que se dedican a la venta de órganos con mira en los riñones del neófito, o viceversa, el último un saboteador que pretende hundir el bote.
Hoy día existe un proceso llamado “on-boarding process” que significaría literalmente proceso de abordaje. En el se pretende facilitar la integración del nuevo miembro, reducir su curva de aprendizaje e impulsar su crecimiento. Lo anterior se logra mediante la evaluación de pequeñas metas o milestones para decidir si el prospecto es adecuado para el trabajo.
Como podrás notar, este proceso está más enfocado en la evaluación por parte de la empresa al empleado, pero ¿cómo puede un nuevo trabajador saber si su embarcación es la adecuada para el?
Ahora, discutamos algunas de las diez señales de alerta – red flags– que son detectables (y detestables) en los primeros noventa días laborales de tu nuevo trabajo.
Antes de empezar, si no tuviste un proceso de integración o de abordaje, puedes considerarlo como una red flag cero. ¿Cómo pretende la administración llevar seguimiento de los capacidades y logros del nuevo colaborador? Sin más dilación, ¡vamos allá!
Diez señales de alerta
¿Durante las primeras semanas, tu trabajo sufrió una metamorfosis en algo distinto al rol que era especificado en tu contrato? Y si luego tu jefe inmediato o Recursos Humanos dicen que no eres «flexible» cuando les preguntas al respecto, ¡felicidades, tienes tu primera señal!
Si tu labor en el trabajo es como un «creador» (desarrollador, creador de contenido, constructor de algo), ¿tienes que presentarte en muchas reuniones de trabajo? Suma un punto al contador de señales en caso afirmativo. Los «creadores» no deberían estar en demasiadas reuniones porque necesitan tiempo para CREAR cosas. Si esto no te permite realizar tu mejor esfuerzo y la administración no se da cuenta a tiempo, entonces la empresa no está siendo correctamente gestionada.
Durante las primeras semanas, ¿constantemente notaste que existen demasiados “grupitos” e incluso reglas inesperadas o tácitas de las que no fuiste advertido? De ser así, tienes otro red flag.
¿Tu empresa fuerza la convivencia fuera de horario o lo hace con reuniones sociales innecesarias? ¿Hacen obligatoria la participación en organizaciones benéficas, grupos de justicia social o algún otro por el estilo? Anota otra señal. A menos que tal vez trabajes en el Ejército de Salvación, en ninguna página de cualquier otro contrato de trabajo estándar está escrito que debes participar activamente en la caridad o movimiento social. Claro, esto bajo el supuesto de que estas actividades no tienen que ver con la forma en que la empresa hace dinero. ¿Recuerdas el punto uno?
¿Tu compañía valora más el tiempo en oficina de lo que lo hace con el cumplimiento de las tareas durante tu horario? Ojalá que no, porque sería un indicio rojo muy arcaico. Idealmente, si consigues ocho horas de trabajo hechas en solo dos, no debería importar lo que hagas después; no es que la compañía te pague más por el esfuerzo adicional, o probablemente debería. Los grandes jefes te permitirán salir de tus responsabilidades antes y darte tiempo flexible cuando terminas tu trabajo rápidamente.
¿Las reuniones agendadas siempre se pasan de tiempo, empiezan tarde o peor aún, ambas? Tenemos otra red-flag: pérdida de tiempo. Y si además, son caracterizadas por política y toma de posturas dentro de la empresa, es aún mayor. Las reuniones deberían tener una agenda, evitar desviarse y llegar rápido al punto; quién esta haciendo que, quién necesita ayuda y cuando esperamos tener las cosas terminadas. Solo eso, nada más.
¿Tienes problemas para encontrar un documento acerca de incrementos anuales o bonos a tu sueldo? Algo como «Promoción en seis meses: guía práctica”. Y cuando preguntas por el, tu superior trata de dar largas o evitar el tema. La sorpresa es que esta es una constante en gran parte del mundo corporativo.
¿La mayoría de las personas de tu jerarquía o mayor usan buzz words innecesarias para describir algo? En otras palabras, ¿puedes encontrar una palabra en el vocabulario de un estudiante promedio de 7mo grado que pueda no solo suplir, si no mejorar la comprensión de la oración? La clave de la comunicación es la sencillez y claridad; las buzz words violan estas dos simples reglas. Si no es posible mantener una conversación sencilla acerca de «mi contrato» y no «protocolo de incentivo anual», entonces tenemos una red flag.
¿Las personas más incompetentes son promovidas y las superestrellas son ignoradas o incluso marginadas? Esta bandera roja bien podría ondear en la Plaza Tiananmen de Beijing.
Esta sucede más en empresas pequeñas, pero el tema sí que es bastante grande: ¿Tu nueva compañía cambia de dirección cada 2-4 semanas? Si la administración no puede definir concretamente el rumbo de la empresa, no esperes que tu puesto vaya a durar tanto.
¿Debo cambiar de empleo?
Aunque tener muchas señales rojas en nuestro empleo pueda alentarnos a renunciar a él, esta es una decisión más complicada que eso; solvencia económica, recursos invertidos en encontrar un nuevo trabajo, transición del puesto, etc. A manera de frase condensadora, lo mejor sería encontrarlo mientras se continua en el trabajo y anunciar a tu superior del cambio con al menos dos semanas de anticipación.
Independientemente de tu situación laboral, lo más importante cada día mientras te arreglas para asistir a tus labores es la capacidad de verte a ti mismo con respeto; no te dejes convencer de que “flexibilidad” o “trabajo en equipo” significan trabajar más de forma gratuita. Valórate a ti y a tu trabajo.
Parece broma, pero muy ad hoc con la temática del post, me encontré con este enlace donde explica algunas buenas prácticas para nuevos marinos a bordo(empleados). Aunque casi obvios, merecen la pena recordar. ¡Bon voyage!
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